Historia de la Diócesis de San Juan Bautista de las Misiones

El 11 de enero de 1957, el Vaticano crea la Diócesis de San Juan Bautista, que incluye los departamentos de Misiones y Ñeembucú, y nombra su primer obispo: Mons., Ramón Pastor Bogarín Argaña. Tenía 46 años y dedicaría 20 años de su vida a una pequeña Diócesis que iba a resonar en Latinoamérica y el mundo, lastimando por consecuencia los nervios del dictador en reiteradas oportunidades.

El 15 de marzo, el poder ejecutivo por decreto número 25.565, reconoce la nueva jurisdicción eclesiástica y a su obispo. Entre los dos departamentos suman una superficie de 21.703 kilómetros cuadrados y en la época de su creación tenía unos 120.000 habitantes.
La toma de posesión del obispado fue el 12 de mayo de 1957.

Mons. Bogarín memora en su primer informe quinquenal que a su arribo a San Juan Bautista (que tenía entonces 8.764 habitantes, de los cuales 4.603 vivían en el ámbito rural) contaba con un templo, cuyo cuerpo principal estaba prácticamente en ruinas, el frontis y la torre inconclusos, sin estilo alguno. En cuanto a los enseres de culto, la pobreza era extrema
Mons. Bogarín tuvo que alquilar una casa para su residencia, para la curia episcopal y poco después para el colegio episcopal.

Cuando Mons. Bogarín inicia sus funciones en la diócesis de San Juan Bautista, de "las Reducciones y el Ñeembucú" el 13 de mayo de 1957, no había literalmente nada sobre qué asentar el desarrollo de un plan regional que abarcaba ambos departamentos. Como punto de partida hay que señalar la labor abnegada de Mons. Gabino Rojas.

El 17 de junio de 1957 es un día importante para la ciudad de San Juan Bautista, ya que comienzan los trabajos de embellecimiento de la ciudad, organizados, comandados y proyectados por Mons. Bogarín.Para entender el inicio tan difícil de nuestra diócesis hay que leer el primer informe quinquenal de Mons. Bogarín (1957-1962): El clero adscripto a la nueva diócesis se reducía a lo siguiente:

a) Tan sólo tres sacerdotes del clero secular, a saber:

  • • Pbro. Ranulfo Portillo, 30 años, vicario cooperador de San Juan Bautista.Pbro. Tomás Valdez Verdún, de 75 años, párroco de Alberdi, Villa Oliva y Villa Francia (murió en 1958).

  • • Pbro. Gabino Rojas, 72 años, cura párroco de cinco parroquias (San Juan Bautista, San Miguel, Villa Florida, Caapucú y Quyquyhó).

  • • Pbro. Ranulfo Portillo, 30 años, vicario cooperador de San Juan Bautista.


b) Ocho sacerdotes del clero regular:


  • • 4 jesuitas españoles muy ancianos

  • • 4 redentoristas italianos.

Agrega en su informe Mons. Bogarín:¨El Nuncio Apostólico en el Paraguay me prometió formalmente antes que yo aceptara el cargo que pondría en la diócesis 12 sacerdotes seculares, promesa que jamás cumplió, ni se preocupó de la triste realidad que tengo que afrontar¨.

De la visita de Mons. Bogarín a Misiones y Ñeembucú dice: Esta visita y este trabajo de evangelización me puso en contacto directo con el pueblo y me permitió llegar a las siguientes conclusiones y comprobaciones:

  • • Total estado de abandono religioso y humano.

  • • Un despertar ocasional sin contar con un número mínimo de clérigos y laicos - que continúen la obra comenzada sería peligroso y contraproducente: podría engendrar en estos pueblos, tan largamente abandonados, una profunda decepción. Por lo demás, continuar esta labor, era ¨ abrir surcos en el mar ¨.

  • • En consecuencia, decidí como lo mejor para la Diócesis que¬darme en San Juan Bautista para asentar firmemente en ella la curia diocesana, proveerle de sus principales necesidades e instalaciones, fundar y mantener el Colegio Episcopal de Voca-ciones de Adultos, tal como lo tenía en mente desde 1938, for¬mar apóstoles laicos para la Acción Católica, clérigos y laicos competentes para la erección de la Confraternidad de la Doc¬trina Cristiana, y , en fin, organizar las escuelas Capillas Radiofónicas, por medio de las cuales yo podría llegar diaria¬mente a todos los rincones de mi Diócesis.


Mons. Bogarín asentó " en tres pilares básicos su pastoral de conjunto, a saber:

  • a) CRISTIANIZACIÓN
  • Del ambiente y de las personas por medio del apostolado laico organizado en sus movimientos más activos, la Acción Católica en sus diversas asociaciones, el Movimiento Familiar Cristiano y la Legión de María.


  • b) LA INSTRUCCIÓN RELIGIOSA
  • Del pueblo por medio de la Confraternidad de la Doctrina Cristiana, orientada hacia la ni¬ñez, pero por intermedio de sus padres y padrinos.


  • c) LA PROMOCIÓN HUMANA
  • Integral por medio del servicio diocesano, con su movimiento rural, sus líderes y clubes rurales, que serán la base necesaria para la organización y extensión las Escuelas - Capillas - Radiofónicas. Cabe mencionar la labor de Mons. Bogarín referente a las charlas y retiros espirituales para hombres, señoras y jóvenes.